Por Zayra Mo

Abandoné el hotel cinco estrellas de Cancún con ganas de descubrir la realidad mexicana. A una hora en avioneta el llano tranformó su sequía en vegetación verde y llegué a Costa Maya: un destino donde conocí a sobrevivientes mayas y tomé un jugo de arroz acostada en una hamaca frente a las solitarias playas caribeñas en un hotel atendido por europeos que encontraron en este lugar su nuevo hogar.

Mi punto de partida comenzó desde el Puerto Costa Maya en el pueblo de Mahahual, situado en la costa este de la península de Yucatán en el departamento de Quintana Roo. El puerto es considerado el segundo más importante en todo México desde su construcción en el 2001 pués recibe la línea de cruceros como Princess, Carnival, Disney, Royal Caribbean y Queen Mary 2, y con ello la visita de 1.2 millones de turistas al año.

Mientras los turistas posaban con jóvenes vestidos de indígenas y gritaban guacamole! para una foto, me perdí entre las artesanías de joyería de plata, vasijas de cristal con colores rojos y azules y muñecos mexicanos. Algunos descansaban en los bohíos del balneario frente al muelle y muchos salían en autobuses para las excursiones que se ofrecen en las cercanías.

Sin duda el puerto abrió las puertas hacia un turismo integrado con la comunidad y sus recursos naturales te llevan a visitar un hogar de sobrevivientes mayas, nadar con delfines en la playa Uvero, atrapar un pez aguja con pescadores del lugar, bucear para disfrutar del color de sus corales y hasta un safari donde podrás retratar desde el pico colorido de un faisán y los colmillos de un jabalí.

Si no llegas desde un crucero, las opciones son un viaje de cuatro horas en auto desde Cancún atravezando la segunda reserva natural más grande del país o por avión hasta el aeropuerto de Chetumal, capital de Quintana Roo, ubicado a una hora y media del pueblo Mahahual donde se encuentra el puerto.

Con una hamaca azul y un juego de ajedrez confeccionado con piedra onyx como nuevos objetos de mi equipaje salí hacia el barrio Limones a conocer la comunidad maya.

RESTO DEL ARTICULO

A comer tacos con los mayas Ruta Mex 307: frutas con pique

Tantos templos como hormigas

Mahahual: un malecon virgen y multicultural

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